dissabte, 26 de novembre del 2011

BÁILALE A LAVIDA

Os dejo una poesia que hizo mi amigo Iñaki para Maria; una adolescente que ya no está entre nosotros, y que pronto la escucharemos en forma de canción musicada.

El poema trae consigo un empuje energético para sentir que la vida está ahí, pendiente y expectativa de cada uno de nosotros. Cada vez que respiramos, miramos, sentimos, nos emocionamos, discutimos, aprendemos, etc.

Con lo bueno y con lo malo, la vida está ahí y nos enseña a reponernos cuando caemos.
Con lo bueno y con lo malo, la vida es bella.
Con lo bueno y con lo malo, la vida vale la pena.
Con lo bueno y con lo malo, la vida nos enseña a crecer y a vivir en libertad.
Con lo bueno y con lo malo, la vida nos ofrece una oportunidad.

NO LA DESAPROVECHEMOS. ESTEMOS ATENTOS Y VIVAMOS SIGNIFICATIVA Y PROFUNDAMENTE.

BÁILALE A LA VIDA

A veces la vida trae su ritmo roto,
lo bueno está ahí, pero se ve poco.
Parecen las horas como días largos
y los días son casi como años.
Pero tienes tu ritmo, tu corazón late,
puedes sentirte vivo, haz que la vida arranque!
Báilale a la vida cuando todo vaya bien
y si va mal, báilale también.
Báilale a la vida cuando algo vaya mal
y si va bien, báilale igual.
Báilale a la vida
BÁILALE
A veces la lluvia nos trae un mal rato,
déjale que llueva, baila en los charcos.
Busca una cintura amiga, márcate un agarrado
y si estás sólo anda como un pato.
Siente tu propio ritmo, que te acompañen
la vida y su delirio, no dejes que te amarguen!

BÁILALE!
Penas, miedos, duelos, trampas
BÁILALE!
Prisas, nervios, años, canas
BÁILALE!
Deudas, dudas, precios, ansias
BÁILALE!
Herpes, gripe, cáncer, páncreas



Autor: Iñaki C. Nazabal

dijous, 10 de novembre del 2011

EQUILIBRIO EMOCIONAL

Mirad este mapa y veréis que fácil es entender su significado.





Siempre decimos, y está demostrado, que no es bueno reprimir las emociones; ¿recordáis? Las emociones son un permiso y no una prohibición, pero hay que ir en cuenta porque nos podemos confundir. Entre la represión emocional; no manifestar una emoción agradable o desagradable, y la impulsividad de decir o hacer algo sin pensar ni planificar de forma anticipada, hay un buen tramo y un tramo muy importante que hay que incorporar a nuestras vidas. Hablo del autocontrol para conseguir el equilibrio emocional personal facilitador de resultados con éxitos.


Tenemos todo el derecho a sentirnos enfadados en cualquier momento pero no podemos, o no deberíamos, manifestar la emoción del enojo de cualquier manera y de forma impulsiva porque normalmente el estado de alteración de una emoción desagradable, como por ejemplo la rabia, enojo, rencor o tensión, no facilitan el pensar y analizar de forma tranquila las posibles salidas que pueden haber para solucionar un problema. Legitimar las emociones no implica decir o actuar de cualquier manera.


A veces, hace falta aquel tiempo de distancia entre lo que pasa y la actitud que tomamos para solucionar el problema. Es el tiempo y el espacio para aplicar aquellas estrategias que otras veces he apuntado en este blog y que me gusta recordar: ir a correr, poner música, contemplar un paisaje, salir a andar y sentirnos vivos y capaces de afrontar la situación,...


Buscamos el equilibrio emocional en un tiempo vacío. Un tiempo de oro para pensar, planificar y obtener resultados desde el éxito.


El trabajo emocional puede mejorar nuestras vidas. Sabemos que no es fácil pero és necesario para nuestro bienestar personal i colectivo al mismo tiempo.

dimarts, 1 de novembre del 2011

CUENTO: LA MOCHILA INVISIBLE

El Marc es un chico de tu edad, acaba de hacer 11 años! Este curso es el último que hará en la escuela de primaria y el próximo curso irá al instituto! Se ha hecho mayor, como tú!
Al Marc le gusta leer los diarios, especialmente, la parte deportiva. Hoy ha leído la entrevista que le han hecho al entrenador que él y sus amigos admiran. Ha quedado tan sorprendido del que ha leído que decide traer el diario a la escuela para enseñarlo a sus amigos.

A la hora de recreo lee a sus amigos algunos de los comentarios que no ha entendido:

– Un buen entrenador tiene que tener en cuenta quién es y cómo es cada uno de sus jugadores. Tiene que saber qué hay dentro de la mochila simbólica de cada jugador. Qué han sido las experiencias y vivencias que ha tenido hasta ahora, cuáles son las carencias que tuvo de pequeño, qué conocimiento tiene de si mismo, cuáles son sus raíces, qué han sido las fuerzas que han dirigido su vida, qué cosas lo hacen sentir bien y qué estrategias ha aprendido para solucionar las trabas de la vida. En definitiva, que trae cada jugador a su mochila.

– ¿Qué decís, chicos?, ¿Habéis entendido algo? –preguntó Marc.

– Mira, Marc –responde Mireia–, yo entiendo que el entrenador quiere decir que nosotros traemos una mochila invisible; y es cómo si la llenáramos de todo lo que nos pasa, de lo que vemos, de lo que leemos, de lo que pensamos y sentimos… de todo, vaya.

– Sí, pero, yo elijo las cosas que pongo en la mochila cuando voy de excursión –añade Sergio–; en cambio, tal como lo dices tú, Mireia, la mochila de cada cual se puede llenar de cosas que me gustan y otras que no; aquellas que me me molestan o enfadan y que no se las querría llevar!

– Ahora empiezo a entender qué debe de ser esto de la mochila invisible –añade la Júlia–, y quizás tienes razón, Sergio, cuando dices que se llena de cosas que no nos gustan. Yo no quería aceptar que mi abuelo se murió y finalmente tuve que poner dentro de la mochila el dolor de haberlo perdido.

– También deben de estar dentro de las mochilas nuestros talentos, la creatividad –continuó Marc.

– Mi abuela –añade Estevan–, un día me dijo que los problemas se resuelven mejor cuando eres grande porque, con la experiencia de vivir momentos buenos y malos en la vida, se aprende. Quizás ella tiene guardadas dentro de su mochila estrategias para resolver conflictos. Ya se lo preguntaré!

Todos los amigos se quedaron reflexionando y sacaban sus conclusiones respeto la entrevista; y Marc continuó diciendo:– Ei!, chicos y chicas, las mochilas, mejor traerlas ordenadas para encontrar todo aquello que necesitamos en cada momento, ya sean ideas, recuerdos, problemas u otras cosas.

– Sí –dice Àlex–, y dejáis sólo aquello importante para vosotros y que según mi abuelo son las cosas más simples, como por ejemplo mirar una puesta de sol, hacer una buena comida de forma relajada con la familia o jugar y aprender con los amigos.


M. Teresa Abellán Pérez y Esteve Pujol y Pons